
Me
imaginaba un abril distinto, pero sueño con agua. No tiene mucho que
ver lo uno con lo otro, es cierto, pero por algún lugar tenía que soltar
lastre para encauzar adecuadamente esta entrada que va de tiros de los
de película (¡agáchense ustedes, que la pólvora sobra y los proyectiles
no hacen daño mas que a los malos!).
Ahí
va el primero: Un tipo que se dice tu amigo quiere montar una
editorial, hasta aquí todo bien, y te pide por favor que le avales ante
un editor extranjero en aras de obtener la licencia de sus sueños, todo
porque se supone que tus veinte años en el sector y tu trayectoria,
valen su peso en oro. Pues bien, accedes, cumples a pesar de que la cosa
ni te va ni te viene editorialmente hablando, a pesar, también, de que
hay quien a tu lado te dice que tal vez estés haciendo el capullo, y a
pesar de que en el fondo sabes perfectamente que mal que te pese, lo
estás haciendo...
Pasado un tiempo prudencial, aquél del que estamos hablando, el amigo
que se siente mimado por la fortuna de haber contado a la hora de
enfocar su criterio editorial con el que te decía a ti que estabas
haciendo el capullo en lo de la licencia, porque a él también le había
indicado el camino correcto; por ti, ya que estamos, a la hora de
contactar con las primeras imprentas y proveedores, de dar los primeros
pasos, para que nos entendamos; y por quien se cruce por delante, vamos,
ya que no pone reparos incluso en quedarse con el ticket de una comida de confraternidad para desgravárselo...
Decía que el tipo desentrañado éste, amigo de metértela por la espalda
como te descuides, va y se pone petulante y se engorila hasta el punto
de sentirse competencia —no es que lo vea mal, que para eso estamos—, y
de tomarse la licencia de emboscar a uno de los autores de la casa que
le tendió los primeros metros de la alfombra roja que ahora pasea como
el emperador de aquel cuento en el que todos se reían de su figura
porque iba en pelota picada —fatal, esto lo llevo fatal—.
Ahí
va el segundo: Otro tipo distinto al primero, éste con bastón y bombín
que se las da de listo en cuanto tiene oportunidad de sacar pecho,
discute contigo y te recrimina tus modales porque los canales de
información de tu editorial con los aficionados son a su parecer
inadecuados —se supone que por carecer de una web activa,
desmereces sobremanera con otros que la tienen, y te los menciona—.
Mantienes una conversación que acaba en tablas porque no hay nones ni
puntos de encuentro, pero en la que se permite aplaudirte en público por
tu talante y porque no ladres, a pesar de que te pone a renglón
seguido en solfa, de nuevo, otra vez más, ante una competencia que
habilita cauces donde el consumidor puede ser informado directamente por
la editorial.
Pasado
un tiempo que ni es prudencial ni es nada porque no hay quien entienda
de qué va la cosa. El mismo individuo del bombín y el bastón reniega de
que te hayas montado un blog donde explicar tus cosas y trabar contacto con la gente, afirmando en público y sin ningún rubor: «Lo
que he dicho es que las reseñas o informaciones sobre los juegos me
gusta que vengan de personas no relacionadas con el proyecto.»
El
tercero, y casi termino: Un tipo majo y casi entrañable quiere meter un
gancho pugilístico contra su némesis, pero viene mal informado y la
caga estrepitosamente. La cosa va de alabar lo que alaba todo quisque
pero aprovechando la coyuntura para meterle al cooordinador del asunto,
el Señor Avatar, concretamente, y en el desbarre enseña las orejas desde
el mismo título de su entrada en un blog que dice hablar de otras cosas pero que siempre acaba hablando de Avatar (¡uy, qué mal huele la cosa!), que dice textualmente: «System not found»,
arrogándole al tipo que me avisó de que posiblemente estaba haciendo el
capullo en el asunto de la editorial que ahora va de triunfadora por la
vida —el mismo que recomendó a la interfecta que se dejaran de ostias y
tiraran por algo patrio, el mismo inútil que al parecer vale un huevo a
tenor de los resultados—, una dejadez que se resuelve como Dios manda y
con categoría en la página 10 del manual ¡Gañanes! recién publicado: «Siempre es preferible hacer una tirada de Habilidad que una de Caraterística...».
Es
cierto que cabría haberlo explicado mejor, más en modo papilla, para
novatos o incluso recién nacidos, pero ¿no éramos todos roleros viejos?
Por
último, un tiro al aire: Ceder los brazos, bajar la guardia y renunciar
a cualquier defensa para evitar hacer daño mientras te comes todo lo
que venga, no siempre es sinónimo de cobardía... Hay mucho de amor de
los buenos en ese acto tan sencillo.